En púlpito lujoso encaramado,
pobreza el fraile con fervor predica,
y las ventajas del ayuno explica,
diciendo que la gula es gran pecado.
El hambriento poeta desdichado
encomia en su zahúrda triste y chica,
el lujo, los placeres y ia rica
mesa, que tiene gusto delicado.
¿Por qué el fraile que traga sin conciencia,
quiere que expire su rebaño de hambre?
¿Por qué el poeta encomia la opulencia,
cuando carece de camisa y hambre?
Porque en el mundo, con diversos modos,
todos procuran engañar a todos.
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