si regresa y no estoy, dile que me fui hace tres lunas, dile que quizá tarde
un poco en volver, inventa excusas para que se vaya; ahuyéntala con
sahumerios. compra la hoja de la suerte, pon ajo en las rendijas de las
puertas y ventanas, deja la escoba detrás de la puerta con las pestañas para
arriba. la ropa interior póntela al revés, reza el ave maría y el padre
nuestro, que no se te olvide -por si las de hule- el salmo 91. saca del baúl
de madera que nos dejó la abuela alguna salamandra y la cocés a fuego lento,
cuando esté cocinada, úntate en el cuello y en el codo el aceite que
despida, eso sirve -dicen- de contra para los malos espíritus. saca unos
ganchos y te los ponés haciendo una cruz por dentro de la ropa. con la ruda
haz un pucho, úntale ajos, azufre y agua bendita. tené a la mano el
crucifijo que nos regaló el señor cura, la camándula de la comadre chepa
prestará un buen servicio. hurga entre los libros las oraciones, riega agua
bendita en cada esquina. evoca el rostro granítico de la virgen de los
desamparados. recuerda cada una de las cosas que te servirán en esos casos,
pero no pestañees ni un instante, pueda ser que en vez de llevarme a mí
arrastre contigo y tengamos que rezarte los nueve días…
San Vicente, 16 de noviembre del año 2001
Del libro inédito
??El poeta y la muerte al hombro??