Fue en la mañana aquella que en un dejo amargo
dijo
dos días comunes faltan
dos días igualmente paralizados
para que el cielo sea por esta vez amable
pero por qué dos días si el mundo ronda
si los caminos viven y se hacen solos
si hay un sendero en claroscuro que va hacia adentro.
Dos días
y tu vacío
cerebro en sólida miniatura
es creer que sabes
solamente dos días y la voz pregunta
sin cesar pregunta
cual será el vago lazo
entre hacer y ser
si todo lo que es
es porque hace
y aquello que no hace
no es.
Del arco húmedo
la gota golpea el techo
y se desliza
por los vidrios altos justo encima
de la hoja del ficus.
Ha de haber algún misterio primigenio en mi cabeza
formando una silente danza
mirando
la gota que en la hoja existe
y moja
sabiendo
que ese tiempo durante el cual se cae
no es quien la frena ni la empuja.
Los laberintos tienen gargantas cenagosas
donde se afina fatal el universo
pero si intentara cruzar ahora las horas
pediría a quienquiera sea
que por favor las quiten
así mañana o pasado
la esperanza y yo seríamos
la misma cosa.
Uso
las algas secas de la caja de masitas como sendero
que huye
pero le grito
que si todo lo que no hace
no es
si lo que no es
no existe
entonces el tiempo no es ni existe porque no hace
soy yo quien puede estar en un haciendo
mirando o no
y lo imagino.
El tiempo de Ketty Alejandrina Lis
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