A Edgar Allan Poe
Tan víctima
con el pulmón expuesto al sueño
y al aire de las vidrieras
a golpes de fuego
subiendo por los lados fríos
donde te busca la luz en traje de tonta
No huyes víctima a la instalación de las desgracias.
Tan indeciso mártir servidor de todo lo que miras
del rostro en la plaza sentado y certero
los muebles que descender no te desmayes
la obligación al mundo va hacia tu cabeza
a lo largo del cuerpo evaporado.
Expuesto a las habitaciones involuntarias
ahí cayó un hombre con piernas de crema
cercado por la mirada del gusano
en columnas inocentes elevas el zumbido
de tu cadáver dócil como una sábana.
Muy luz y algo valentía
pese a los abismos que abren las ondulaciones del miedo
ni jaula ni espejo
o lo contrario
trozo de canario
para alumbrar el crimen en la altura.