Año de cuatrocientos y noventa
con mil y un año mas era pasado,
cuando los argonáutas desta cuenta
iban a conquistar vellon dorado;
mas no donde Medea la sangrienta
al padre, viejo rey, dejo burlado;
pues es otra riqueza tan crecida,
que de sí sola puede ser vencida.
Callen Tifis, Jasón, Butes, Teseo,
Anfion, Echión, Erex, Climino,
Castor y Pólux, Testor y Tideo, Hércules, Telamon, Ergino;p
ues vencen á sus obras y deseo
los que trataron ir este camino,
haciendo llanas las dificultades
que pregonado han antigüedades.
Las naciones más altas y excelentes
callen con valor de la española,
pues van con intenciones de hallar gentes
que pongan piens contrios en la bola;
Espanto no les dan inconvenientes,
ni temen del dragón ardiente cola,
deseando hacer en su corrida
de mas precio la fama que la vida.
De capitanes van los tres Pinzones,
para tal cargo ninos y bastantes,
y en marear las velas y timones
muy pocos que les fuesen semejantes;
de Palos y Moguer salen varones
admirables y diestros navegantes;
con tanta prevención, con tal avío,
salieron al remate del estío.
Con gran concierto guían el armada,
inflada toda vela y extendida;
vereis espumear agua salada
a tierra van no vista ni hollada,
huyendo de la tierra conocida;
ya no ven edificioes torreados
porque por alta mar van engolfados.
Al occidente van encaminadas
las naves inventoras de regiones;
pasando van las islas Fortunadas
y Hespérides que dicen Ogorgones:
No curan de señales limitadas
que ponen las antiguas opiniones,
y el trópico, que fue duro viaje,
no quiere limitar este paisaje.