Buscad
labios perdidos,
lejos del eco imaginario
que despiertan unas plumas.
Buscad
corazones que saluden,
más allá del parpadeo
que nos une a la rosa.
Buscad la luz
más allá de los designios del alba,
en el rostro de unas voces desveladas
que subliman las últimas violetas.
Buscad
finalmente el silencio,
más allá del cuerpo que se mira
presagiando sollozos.
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