Mientras te amabas
sólo a ti mismo, no crecías.
Pero anhelaste amar y ser amado
y entonces ya
la corriente del río
se puso en movimiento.
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Mientras te amabas
sólo a ti mismo, no crecías.
Pero anhelaste amar y ser amado
y entonces ya
la corriente del río
se puso en movimiento.