Esta de flores, cuando no divina,
Industrïosa unión, que ciento a ciento
Las abejas, con rudo no argumento,
En ruda sí confunden oficina,
Cómplice Prometea en la rapina
Del voraz fue, del lúcido elemento,
A cuya luz suave es alimento
Cuya luz su recíproca es ruina.
Esta, pues, confusión hoy coronada
Del esplendor que contra sí fomenta,
Por la salud, oh Virgen Madre, erijo
Del mayor Rey, cuya invencible espada
En cuanto Febo dora o Cintia argenta
Trompa es siempre gloriosa de tu Hijo.
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