Yacieras ¡ay! en dura servidumbre
Esclavo miserable de un tirano,
¡O venturoso pueblo mexicano,
Que ya de libertad pisas la cumbre!
¿Y a quién debes, tronchar la pesadumbre
De las cadenas que arrastró tu mano?
¿A quién? De tanto Marte americano
A la inmortal y heróica muchedumbre.
Los Hidalgos, Allendes y Abasolos,
Los Aldamas, Morelos. ¡Oh, qué gloria!
Por tí muriéron, ni muriéron solos;
Que ya otros mil con fama alta y notoria
Hinchen del orbe los distantes polos,
Y hoy reclaman finados tu memoria.
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