Cuando, bajo el montón cuadrangular
de tierra fresca que me ha de enterrar,
y después de ya mucho haber llovido,
cuando la hierba avance hacia el olvido,
aún, amigo, mi mirar de antaño,
cruzando el mar vendrá, sin un engaño,
a envolverte en un gesto enternecido,
como el de un pobre perro agradecido.
Versión de Amador Palacios
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