Engañada se abrió una rosa brava
en invierno: en el viento hela marchar…
¿En qué piensas, mi bien? ¿Por qué callar
las voces con que ha poco me engañabas?
¡Castillo loco! ¡Qué pronto caíste!
¿Dónde vamos, ajeno el pensamiento,
cogidos de la mano? Hace un momento
nuestra estrecha mirada, ¡y ya tan triste!
Sobre nosotros cae nupcial la nieve,
sorda, triunfante, recubriendo leve-
mente el suelo, en acrópolis de hielos. ..
¡Rodeando tu rostro hay como un velo!
Tántas flores, ¿quién las echa del cielo,
sobre nosotros y nuestros cabellos?
Versión de Amador Palacios
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