Ese día que esperas temeroso,
vendrá. Te irás pausado, y otros seres
ocuparán tu espacio. En tu reposo
escucharás las risas de mujeres
nuevas, el renovarse silencioso
de cuanto vive, y sentirás que mueres
de nuevo en todo día victorioso,
que otra vez dejas sueños y placeres.
Crepitará la dicha en torno tuyo,
ignorarán los hombres lo que fuiste
y no podrán, desde su vida, verte.
Tú los verás, en el delirio suyo,
aproximarse ciegos a la muerte,
y en tus cenizas estarás más triste.
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