Cuando ya nada importe.
Cuando ya hasta los grillos más tenaces
apaguen el clamor de su chirrido;
cuando por las esquinas de la noche
se eclipsen los deseos
y en un rumor de oscura madreselva
se confundan los ecos
de la impaciencia antigua
y sus desvelos.
Cuando el airado cielo y su tumulto
se entreguen al silencio,
cuando el viento recueste su cabeza
y se evapore el mar…
Entonces me veréis
llegar, intacta, envuelta
en el azul sudario de mi vida,
regresada, veraz, indemne, libre,
a salvo de ataduras
de amor y de naufragios,
del largo desconsuelo
y la voraz urgencia.
Entonces, sólo entonces.
Cuando ya nada importe.
Cuando todo esté aquí.
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