Yo comencé una historia que fue mía.
La tejí en el umbral de la mañana,
perfumé con su aroma mi ventana
y bebí de su luz al mediodía.
Así brotó en capullo la alegría
y se enredó en la vida cotidiana,
un año luz pasó y en la ventana
seguía yo tejiendo día a día.
Me convertí en silencio y otros brazos
tejieron luz y aroma entre mis pasos,
deshilvanando el tiempo detenido.
Volvieron nuevas siembras, nuevas podas,
otra historia inconclusa como todas…
Episodio en minutos resumido.
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