Estaba
la pizzca de higo en tu labio,
estaba
Jerusalén a nuestro alrededor,
estaba
el aroma de los pinos albares
sobre el barco danés que regraciamos,
yo estaba en ti.
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Estaba
la pizzca de higo en tu labio,
estaba
Jerusalén a nuestro alrededor,
estaba
el aroma de los pinos albares
sobre el barco danés que regraciamos,
yo estaba en ti.