Tu puente de agua blanca va y se extiende
más allá del país de los naufragios.
El faro verde de estribor te avisa,
vas nadando con fe hasta la baranda.
Te extrañas. Nadie sale a recibirte.
Estás aquí, en un barco
de vidrio silencioso
y descubres de pronto nuestra fiesta
de huérfanos que sueñan con el mar.
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