Apenas un recuerdo, un vago sueño
de pasados domingos sin iluminarias
donde los camareros se aburrían
en establecimientos de segunda categoría.
Todo lo demás es un recuerdo nostálgico
de prensados días escolares
en el juvenil guardapolvo de los lunes.
Un sueño escaso de lluvias impares,
de noches inconclusas en mi pijama a rayas,
de furtivas huidas sin permiso
y, quizás, de algún funeral sin esperanza.
Años cautivos que huyeron de nosotros
a través de uno textos donde puede leerse:
Hoy no llueve… Domingo…
Quizás mañana muertos…
Mi padre me ha pegado…
Ya no hay amor… La una menos diez…
Huimos…
Y huimos para siempre.
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