Rueda la media luna, feliz, sobre el Congreso,
todo su blanco mármol aparece espectral,
y yo estoy sonrosado y tibio por tu beso.
Nocturno, resplandezco, por su influjo, auroral.
Es noche veraniega en la mitad de mayo,
la humedad en la piedra su arroyuelo deslíe.
No existe la mentira, ni la vejez, ni el rayo…
Entreabre tu ventana. Un poco más. Sonríe.
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