Desde la calle de Rioja al Puente
de Triana, mi amor en ti renuevo.
Con el dolor de lo imposible llevo
tu nombre al corazón desde la frente.
¡La plaza de las citas, de repente!
-vieja es la historia, y el acento, nuevo-.
Al mismo cielo azul el alma elevo
y es la misma canción la de la fuente.
La calle estrecha donde aparecías
cada mañana, amor, frente a mi espera,
siente el temblor de las pisadas mías.
En este muro gris tu sombra ha sido.
junto a mi sombra, cuando yo no era
cauce doliente de tu injusto olvido.
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