¿Acaso no he tocado tus palmas y tus yemas,
no he fluido a través de ti, y en torno de tus talones?
¿Cómo entré? ¿No era yo acaso tú y Tú?
Ezra Pound
Entre el agua y la sombra, a orillas
de una sedosa mirada nocturna
y en la mitad ardiente del abrazo
la lámpara nos une como una caricia,
como una flor espejeante a un hombro perfecto.
(No sé si he respirado los rayos de su luz
y si al mirarte una impalpable lágrima aproximo,
una abrigada pluma, una burbuja irisada,
un titubeante círculo de amor y de sueños).
Ajena al paso de mi voz, al incesante
fuego que va contra el olvido, retirada
a música inmóvil había de escucharte,
Detenido en silencio todo cuanto tocas,
rostro, vaso de fugaz derredor, madura espalda.
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