El zoco tiene toldos
y cenefas azules
sobre sacos abiertos
que huelen a azafrán y a hierbabuena.
El zoco es multitud.
En sus paredes se hacinan
la seda con la lana,
la palma con la piel,
la fruta con la sal y los aceites.
De sus bóvedas pende
la luz de los octógonos.
A sus esquinas dan las caravanas.
A sus puertas se asoma el zapatero.
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