Hablo del grito unánime
de la sangre y me reprochan
deslustrados prejuicios.
-Antiguamente…-, me objetan,
a mí, que soy viejo de siglos.
¿En qué polvorientas riberas
ordenáis las palabras?
Compañeros: libremos a las barcas
de tanta cuerda inútil.
Hay grandes ríos esperándonos.
Versión de Adolfo García Ortega
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