Mar de antes de nosotros, tus temores
coral tenían, playas y arboledas.
Despejadas la noche y la neblina,
pasadas las tormentas y el misterio,
se abría lo Lejano en flor, y el Sur astral
sobre la naves de la iniciación resplandecía.
Línea severa de lejana costa:
cuando la nao se acerca se yergue la ladera
de árboles donde nada lo Lejano tenía;
más cerca, se abre en sones y colores la tierra
y hay, en el desembarco, aves y flores
donde había, de lejos, sólo una línea abstracta.
Soñar es ver las formas invisibles
a distancia imprecisa, y, con sensibles
impulsos de esperanza y voluntad
buscar allá en la fría línea del horizonte
árboles, playas, flores, aves, fuentes:
besos que nos debía la Verdad.
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