Las calles son un taller oscuro
donde vi cosas que no dije.
Fui poeta, no pensé en las actas,
quise dar con el peligro.
Una noche llovió y quebré mi espejo.
Las damas se tienden unidas,
los monos tañen sobre ellas,
cargados de flores.
Este no es el lugar.
Voy por un poco de agua,
voy lejos de mi casa a lavarme,
voy más allá de los cipreses,
voy a pensar qué hago,
quiero un clavo de olor para sobresaltarme.
No estoy tan sola;
di mi sombra a los árboles.
Crecí y volví a la fuente oscura
que me llevo lejos.
Entre nubes vi las aldeas,
los mercados rumorosos.
Con los que no me conocían,
con esos compartí.
Soy clara, abro los párpados:
no oculto el miedo que llevo.
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