Dentro de mí hay una fuente
Me estoy ahogando en ella.
El insomnio ha llegado. Siempre llega.
Aturde.
Se levanta como un fantasma gigante
cubre con su sombra lo que toca.
Fabrica pájaros de vidrio
se deja caer entre letras entrelazadas.
Hiere la pupila y desgrana pequeños miedos en el pecho.
Nadie lo contiene.
A veces llora abrazado a un gato siamés.
II
Nuevamente el insomnio
se apodera de mi.
Espanta los sueños
los arrasa
desnuda la realidad descarnada.
Finge ser breve
y se establece en mis párpados.
Tiene el tamaño
del pasado y del futuro.
Se viste con harapos de pánico.
Nada lo ahuyenta.
Envilece lo que toca.
Se alimenta con gotas tibias y saladas
de ruidos nocturnos.
Decepciones
pensamientos turbios
laberintos intrincados
albas sin esperanzas.
Su corona de escarcha
Hiere la madrugada.
Y suele creerse rey de la noche.