Oh tú, en quien concurren las virtudes,
incapaces aún de concebir tu esencia,
en el cuello de la nobleza
el collar de nuestra amistad
no tiene perla central:
ven a serlo tú.
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Oh tú, en quien concurren las virtudes,
incapaces aún de concebir tu esencia,
en el cuello de la nobleza
el collar de nuestra amistad
no tiene perla central:
ven a serlo tú.