A Gustave Moreau
Ambos, en los boscajes que sintieron el són
de contiendas remotas; mágica paz nacía,
y alba de milagrosas lágrimas los ceñía
bañándolos en fértil y extraña floración.
Por los aires flotaba letal emanación.
Su palabra el poder del encanto decía;
el héroe, tras ella, de sus armas vertía
relámpagos radiantes del ilustre Toisón.
Sobre lagos de plata llovía luz del cielo.
aves maravillosas pasaban, y su vuelo
en el bosque regaba pedrería luciente.
Amor les sonreia. Mas la fatal esposa
llevábase consigo, colérica y celosa,
con su padre y los dioses, los filtros del oriente.
Versión de Otto de Greiff
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