Por cauce horizontal y paralelo,
mi mano, cabalgando en tu figura,
baja de la cadera a la cintura,
ronda los senos y ensortija el pelo.
Tu intimidad sensual levanta el vuelo
descubriendo vibrante una estructura
con ansiedad de entrega y de aventura
y la agresión de una leona en celo.
He de hacer de tu cuerpo una mordaza,
y formarán tus labios un camino
de humedad, arrastrándose en mi piel.
Verás mi círculo de amor que abraza
tu temblor en furioso torbellino,
y plantaré mi flor en tu vergel.
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