La abejita enañada y descnganada.
Una tierna abejilla vagarosa
De Amira en torno susurrando gira,
Lievada del aroma que respira
La boca bella de mi Amira hermosa:
En su elevado seno ye una rosa
Que por adorno allI pusiera Amira,
Y al instante del aire se retira
Y entre sus hojas engafiada posa.
Liba su cáliz con ansiosa instancia,
Mas dejándolo al punto, claro indica
Que halla inferior la miel a Ia fragancia;
Luego a los labios de mi bien se aplica,
Cuya duizura fija su inconstancia,
Y de este almIbar su panal fabrica.
Añadir un comentario