Me dijo: «Anoche tuve un sueño…
sentía alrededor de mi cuello tus cabellos
como un negro collar sobre mi pecho».
«Los acariciaba… eran los míos».
«Y estábamos ligados para siempre
así, por una misma cabellera; con las bocas unidas,
tal como dos laureles, a menudo, sólo una raíz tienen».
«Me parecía que, lentamente,
los miembros de tal modo confundidos,
yo era tú misma.
que tú estabas en mí; ése fue el sueño».
Cuando el relato terminó, las manos
suavemente posó sobre mis hombros.
Me miraba, tiernos los ojos, con amor tan hondo,
que yo bajé los míos
estremecida.
Versión de Enrique Uribe White
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