Indica mihi, quem diligit anima mea, ubi
pascas, ubi cubes in meridie, ne vagare
incipiam post greges sodalium tuorum
Cant. 1, 6
Hazme saber, Amor, donde apacientas,
Dó guías tus rebaños, dónde vagas,
No huelle tras las ínsulas aciagas
Las rutas de la tarde cenicientas.
Tu grey, oh tierno Amor, dó la sustentas
Y con pastos riquísimos halagas,
Mientras mi torpe corazón amagas
Con sendas largas, y con horas lentas.
No principie a seguir de los pastores
Los dispersos rebaños. Vida mía;
Muestra, lejos, el sol de tus amores;
¡dime dónde apacientas todavía!,
y seguiré tu rastro entre las flores
por los fuegos del áureo mediodía.
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