Se ramifica el frenesí en tus dedos
predispuestos al viaje apasionado
sobre las aguas, que en silencio esperan…
O tal vez, más efímero,
en impetuoso vuelo sin escalas,
tan lejos del dolor como de la esperanza,
porque en esta confluencia venturosa
besas hacia el adiós, sin recordarlo.
Recorres, vida adentro, las tangibles
regiones del espíritu, que oscila
-turbado péndulo- entre impulso y muertee.
Vertiginosamente
el mar gime y me arrastra,
girando en la ternura que derrama
tu amor, hecho evidencia.
Añadir un comentario