I
el gran tamaño del cañón
es hábil
pero yo he visto
la voz enorme e inteligente de la muerte
que refugia una fragilidad
de amapolas…
digo que a veces
en estos largos animales parlanchines
se esconden puños de más silencio.
Yo he visto todo el silencio
lleno de vívidos muchachos sin ruido
en Roupy
he visto
entre barreras,
las absolutas y maduras y calladas niñas de la noche.
II
Oh dulce y espontánea
tierra cuántas veces
los
dedos
punteros de
lascivos filósofos te pincharon
y empujaron
el pícaro pulgar
de la ciencia vejó
tu
belleza cuántas
veces las religiones te han
puesto sobre sus rodillas huesudas
apretándote y
pegándote para que pudieras concebir
dioses
(pero
fiel
a la incomparable
cama de la muerte tu
rítmico
amante
tú les contestaste
solamente con
la primavera)
Versión de Marcelo Covian