Hoy puedes constatar que estás herido,
que las moscas nocturnas del fracaso
han vuelto a colocar sus huevos tristes
en la carne sin luz y sin codicia.
A golpes de invención vives la vida,
descalzo de verdad y repudiando
la esclavitud del aire en los arcones,
la incierta vocación de las veletas.
Convives con el vértigo, el asedio:
el tránsito veloz de los deseos
jamás cumplidos en la edad vibrante.
Hoy puedes constatar que estás herido;
te inventas evasiones más propicias.
Lo mejor te ocurrió siempre en los sueños.
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