Como un hilo, un ovillo, una madeja,
una débil corriente infructuosa
busca un final que el principio no sea.
Como una nube en nube convertida
que amenaza un diluvio y no concluye,
como un amor en desamor marchito
que sólo entrelazara los dedos y no manos,
la palabra se usa, se atormenta, derrama
y no suena a sonido convincente.
Sobre la mesa crece y se desborda
entre dientes agudos y brillantes.
Sólo la espuma queda, el resto es aire.
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