La pava y la hormiga de Félix María de Samaniego

Al salir con las yuntas
Los criados de Pedro,
El corral se dejaron
De par en par abierto.
Todos los pavipollos
Con su madre se fueron,
Aquí y allí picando,
Hasta el cercano otero.
Muy contenta la Pava
Decía a sus polluelos:
«Mirad, hijos, el rastro
De un copioso hormiguero.
Ea, comed hormigas,
Y no tengáis recelo,
Que yo también las como:
Es un sabroso cebo.
Picad, queridos míos:
¡Oh qué días los nuestros,
Si no hubiese en el mundo
Malditos cocineros!
Los hombres nos devoran,
Y todos nuestros cuerpos
Humean en las mesas
De nobles y plebeyos.
A cualquier fiestecilla
Ha de haber pavos muertos.
¡Qué pocas navidades
Contaron mis abuelos!
¡Oh glotones humanos,
Crueles carniceros!»
Mientras tanto una Hormiga
Se puso en salvamento
Sobre un árbol vecino
Y gritó con denuedo:
«¡Hola! con que los hombres
Son crueles, perversos;
¿Y qué seréis los pavos?
¡Ay de mí! ya lo veo:
A mis tristes parientes,
¡Qué digo! a todo el pueblo
Sólo por desayuno
Os le vais engullendo.»
No respondió la Pava
Por no saber un cuento,
Que era entonces del caso,
Y ahora viene a pelo.
Un gusano roía
un grano de centeno:
Véronlo las Hormigas:
¡Qué gritos! ¡Qué aspavientos!
«Aquí fue Troya, dicen:
Muere, pícaro perro»;
Y ellas ¿qué hacían? Nada:
Robar todo el granero.

Hombres, Pavos, Hormigas,
Según estos ejemplos,
Cada cual en su libro
Esta moral tenemos.
La falta leve en otro
Es un pecado horrendo;
Pero el delito propio
No más que pasatiempo.

Añadir un comentario
Leer la poesía La pava y la hormiga del poeta Félix María de Samaniego en el sitio Blogpoemas - los mejores poemas hermosos sobre el amor, la naturaleza, la vida, la Patria, para niños y adultos en español de los célebres poetas clásicos.