Soy la pipa de un escritor:
dice bien claro mi pergeño
de cafre, que tengo por dueño
un refinado fumador.
Al agobio de su labor
se agita mi flabel risueño
igual que el penacho hogareño
a la vuelta del labrador.
Mecer su corazón yo gusto
en el móvil azul arbusto
nacido en mi boca de fuego.
Y extiendo con mi beso ardiente
sobre su espíritu doliente
unción de encanto y de sosiego.
Versión de Carlos López Narváez
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