Primavera. Vengo de la calle
donde el álamo esta maravillado,
donde se asusta la lejanía,
donde la casa tiene miedo a caer,
donde el aire es azul
como el envoltorio de la ropa blanca
del que ha sido dado de alta del hospital.
Donde la noche está vacía
como el relato interrumpido
que una estrella dejó sin terminar,
para perplejidad
de miles de ojos ruidosos,
sin fondo y carentes de expresión.
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