Las demás… ¿cómo fueron? Tú jugabas
en algún sitio, niña todavía.
Bajo la madrileña luz del día,
entre juegos y penas me esperabas.
Las demás… ¿dónde fueron? Tú cantabas:
«Yo tenía un castillo…», y Dios sabía
que era yo, poco a poco, quien hacía
el castillo que matarileabas.
«Las demás, ¿cómo fueron?», me preguntas
pensativa la boca, el aire triste,
bajos los ojos y las manos juntas.
¡Las demás! … ¿Quiénes fueron? Yo quisiera
que me explicaras cómo te me hiciste
tan niñamente mi pasión primera.
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