Rico pan de esta carne morena, moldeada
en un aire caricia de suspiro y aroma…
Sirena encantadora y amante fascinada,
los cuellos enarcados, de sierpe o de paloma…
Vuestros nombres, de menta y de ilusión sabemos:
Carmen, Lola, Rosario… Evocación del goce,
Adela… Las Mujeres que todos conocemos,
que todos conocemos ¡y nadie las conoce!
Naranjos, limoneros, jardines, olivares,
lujuria de la tierra, divina y sensual,
que vigila la augusta presencia del ciprés.
En este fondo, esencia de flores y cantares,
os fijó para siempre el pincel inmortal
de nuestro inenarrable Leonardo cordobés.
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