Desde las tumbas cándidas
contemplamos con sorna su destino.
Ved cómo se empecinan
sus sexos miserables contra vientres hostiles.
Y la mise-en-abîme de sus conciencias
cuando abrazan la dulce materia prometida.
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Desde las tumbas cándidas
contemplamos con sorna su destino.
Ved cómo se empecinan
sus sexos miserables contra vientres hostiles.
Y la mise-en-abîme de sus conciencias
cuando abrazan la dulce materia prometida.