Te amo cuando acaricio la madera:
la caoba que sangra, el roble duro.
Tu perteneces el linaje puro
que fragua anillos cada primavera.
Y floreces también como si fuera
tu cuerpo un árbol de nogal maduro;
palisandro de aromas, cedro oscuro,
estoy en ti como una enredadera.
Ombú que entre mis ojos amaneces;
sándalo que te creces de armonía,
ébano verde, olivo que te creces
de amor para mis brazos solitarios,
cuando siembras mi tierra yo diría
que respiro los bosques milenarios.
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