sobre un poema de Nishiwaki Junzaburo
Con el viento del sur
descendió una diosa benigna.
Mojó el bronce y mojó la fuente,
mojó el vientre de la gaviota
y sus plumas tendidas.
Abrazó la marea,
lamió la arena,
se bebió de un trago los peces.
Impalpable, mojó la iglesia, el balneario,
el teatro y su lira de platino.
En el final sin fin del día
la lengua de la diosa,
impalpable,
mojó mi lengua.
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