Sé muy bien todo lo que quiere decir
que me encuentre tan contento.
Un instante de un pasado verano
no se me va del pensamiento.
Las piedras, tibias de luna,
y en la hierba se impacienta el viento de mar.
Por una escalera que se arruina
suben ella y un borracho.
La muchacha en blue-jeans se propone
ser buena con el hombre incierto.
No rehúye verse en el ojo de niebla
ni burla el paso que se pierde.
Ahora la lleva un sentido de ofrenda:
le han dicho siempre que lo ahogase.
Y eso, ella solita,
mi chica lo ha hecho.
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