No fue verdad la noche ni tus besos.
En la sombra mentía aquel jardín,
la anaranjada luna entre los árboles,
fríos bancos de mármol, hondos pájaros
desvelados cantando en altas ramas.
No fue verdad tu mano entre las mías,
el olor de tu pelo a hierba fresca,
su abrasado perfume, su perfume.
No fue verdad tu voz, ni tus palabras
que temblaban lo mismo que mi pecho.
Mentía la ternura en tu mirada
como mienten los sueños, como sólo
pueden mentir los sueños, otorgándonos
una felicidad que es de otro mundo
y que en su exacta perfección nos hiere
pues desvela posibles e imposibles
y nos dice un vivir que no es la vida.
no pudo ser verdad, y tú, alma mía,
que viviste esa noche, bien conoces
qué precio ha de pagar tanta cordura.
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