Duérmete, corazón mío, duerme.
Llora, si quieres, un poco,
que yo estoy a tu lado.
No tengas miedo. Olvida.
Cierra los ojos a medida
que yo los cierre. Vente.
Medita, corazón mío, niño,
con aquel meditar de lluvia fina
de las postrimerías.
El sueño te reclama. Vente.
Duérmete, corazón mío, duerme.
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