En la luz de septiembre
estoy buscándote.
Era una madrugada de campanas
que me ilumina todavía el alma.
Todo el amor del mundo
inundaba tus ojos.
Era un claro septiembre
de azahares.
Tu mano, firme y cálida,
en mi mano.
Tus labios en mi frente
¡y todo era tan frágil!
Como un hilo de sol
entre la lluvia.
como el perfume
de una rosa blanca.
Sobre mi cobardía
y mi derrota
gira el mundo implacable.
Te seguiré buscando,
con el amor de siempre,
en mi septiembre
solitario.
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