Mara, fantasma azul de mis dieciséis años,
tú que fuiste una vez todo la que perdí
y la que nunca tuve.
Mara, labios de fruta,
igual que la vidriera monopoliza el sol,
te quedaste una tarde con mi vida.
Mara, almendra del mundo, yo acaricié tu piel,
supe que en ti empezaba un continente,
vi minas de oro,
campos de fresas,
arrecifes;
vi montañas y bosques donde vivir contigo.
Mara,
tú fuiste el centro de mis ojos,
el corazón del mar,
la llave de los días,
la mismo que la vela es el núcleo de la noche,
el eje de los vientos.
Mara,
cómo juntar
tus diecisiete años y un cementerio oscuro,
lleno de cruces blancas clavadas en la luna.
Mara,
cereza dulce,
ecuador de las cosas,
tú encontraste la muerte cuando ibas a buscarme.
Mara abismo, Mara veneno rojo,
Mara jardín desierto,
rosa bella y terrible cortada de mi vida.