Me asomo todas las tardes
a este jardín soleado
a escuchar las soledades
que hablan entre sí callando:
Todo es igual y distinto.
¿Crepuscular?, ¿machadiano?
Quién sabe dónde está el hilo
de un laberinto tan largo.
La tarde desaparece
y en el jardín encantado
oigo una distinta fuente
soñar en el mismo caño.
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