Me gusta mi silencio en el bosque
Y en la oscuridad de las noches
El balanceo tenue
De las ramas pensativas.
Me gusta el rocío nocturno
Extendido sobre los prados
Y la humedad de los campos
Cuando despunta el día.
Me gusta al amanecer
El fresco delicioso
Y el fuego tardío y pálido
De las hogueras de los pescadores.
Es entonces cuando el sosiego
Ya no me abandona
Y ya no me importan las angustias
Del día que pasó.
Callo dichoso
Ante la vastedad campestre
Y en una mirada estelar
Abarco todo el mundo.
La neblina me cubre
Mientras me entrego a mis sueños
Y bajo este espejismo mágico
Me extravío por los campos.
Versión de Jorge Bustamante García
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